Una de las propuestas que os hago en este mes de Febrero es Maridar productos ricos y sabrosos como los quesos y el jamón con los vinos que más nos gustan.

El descubrir nuevas texturas, sabores, aromas, nos hacen a veces trasladarlos con los sentidos a otra ‘dimensión’.

Los vinos tintos con o sin crianza y los blancos secos con algo de crianza y no demasiado ácidos son buenos acompañantes del Jamón ibérico.

Pero otra recomendación para el maridaje del jamón serían el fino y la manzanilla, ya que los finos aportan aromas que acompañan muy bien en la boca por su suavidad, por su tono ligeramente salado y por su baja acidez. El toque amargo de salida de los finos se une perfectamente con otro tono amargo que dan las grasas evolucionadas del jamón.

A la hora de degustar una tabla de quesos, es importante buscar el equilibrio de un vino que armonice de una manera general con la mayoría de los quesos.

Los quesos fuertes como Cabrales, Manchego, Idiazabal o queso azul, combinan bien con vinos tintos con cuerpo.

Para combinar quesos suaves como Cammembert, Münster, Ibores,Tetilla y queso de Cabra, prueba con vinos blancos afrutados o rosados.

Podemos maridar casi cualquier plato con una gran variedad de vinos que tenemos, desde espumosos hasta vinos dulces y generosos pasando por vinos blancos, rosados y tintos, es maravilloso poder combinar vino y gastronomía.

Tenemos que tener en cuenta una cosa y es que cada plato es diferente y dentro de un mismo tipo de vino, teniendo en cuenta la variedad de uva, el elaborador o la región, se abre un gran abanico de posibilidades.

Sobre el maridaje especialmente con vino se ha dicho y escrito mucho, siendo considerado por muchos como una ciencia.

Al fin y al cabo, acabarás maridando vinos en función de tus gustos y tus experiencias, por eso ¡El secreto está en probar, probar y probar!

Nos gusta saborear y probar vinos, quesos, jamón, platos nuevos e innovadores, pero también a la hora de cocinar o comer que elegimos antes ¿el vino o la comida?. Personalmente en función de lo que vaya a comer, elijo el vino, que siempre es más fácil ir a comprarlo. Pero perfectamente puede hacerse a la inversa si se tiene una gran debilidad por algún vino.

Recuerda, la mejor opción es siempre el gusto de cada uno basado en la experiencia y como he comentado probar probar y probar hasta que nuestro paladar de con nuestro queso, vino o jamón preferido ¡¡¡

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